lunes, 24 de mayo de 2010

A 200 años de la Revolución...

Cuentas pendientes con los argentinos, que este Gobierno de los K no quiere resolver.

Primero ante todo, la definitiva independencia argentina: recuperar nuestros recursos naturales y la industria nacional, que se termine con la extranjerización de la tierra, que se deje de pagar deuda externa ilegítima y fraudulenta, a costa de una política habreadora: aumenta cada vez más la brecha entre ricos y pobres, salarios por debajo de la canasta básica, los presupuestos para salud y educación que no alcanzan para nada.


Este Lunes el Gobierno comenzó un festival por el Bicentenario, montando fastuosas construcciones sobre 9 de Julio, para hacernos creer que nunca estuvimos mejor.


Muchas diferencias:

El 25 de Mayo 1810, los revolucionarios impusieron la Primera Junta a un Cabildo que tres días atrás lo había impedido. Lo hicieron apoyados por cientos de “chisperos” armados, comandados por French y Berutti, y las milicias organizadas contra las invasiones inglesas reunidas en el fuerte que hoy es la Casa Rosada.
El gobierno kirchnerista pretende apropiarse del Bicentenario. Pero, a diferencia de 1810, el pueblo es “invitado” a ser un simple observador de los discursos y adornos del “festejo”.
El pueblo está movilizado y es protagonista en fábricas, hospitales y escuelas; en pueblos y ciudades. Luchan por presupuesto, salarios y condiciones de trabajo los estudiantes, docentes, obreros y desocupados.

Los revolucionarios de Mayo tuvieron un proyecto de Nación, que se expresó en el Plan Revolucionario de Operaciones, escrito por Moreno con la colaboración de Belgrano. Tenían la idea de una patria grande.

El proyecto de una patria grande es lo opuesto a la política kirchnerista de remachar la dependencia, de hacer negocios con otros países para llenarse los bolsillos, como aparece ahora en la Korrupción del intercambio con Venezuela, o funcionarios como Jaime que de la noche a la mañana aparecen dueños de aviones, yates y mansiones.
Artigas, Güemes y otros patriotas mostraron cómo avanzar con el reparto de tierras, clave entonces, y una de las claves de la Argentina actual.
¿Cómo puede pretender el kirchnerismo adueñarse del Bicentenario, si viene de gobernar Santa Cruz, en donde están los más grandes latifundios de la Argentina, y los propios K, a través de testaferros se han convertido en grandes terratenientes? Han destruido –con la sojización que enseñorea a los terratenientes, los pules y los monopolios imperialistas cerealeros–, ramas enteras de la producción agraria, por lo que tienen responsabilidad directa en el encarecimiento de los alimentos que consume el pueblo.

Las derechas opositoras al kirchnerismo no han mostrado mucho empeño en la celebración del Bicentenario.

Algunas lo contraponen con el Centenario, cuando la vieja oligarquía tiraba manteca al techo, con los bolsillos llenos de libras inglesas que iba a gastar a Europa, a costa de la miseria de trabajadores en los conventillos y los obreros rurales y campesinos arrendatarios en el campo. Celebran a los gobiernos que fusilaban a los originarios, a los peones de la Patagonia rebelde y a los obreros de la Semana de Mayo o La Forestal.


Levantemos las Banderas de la Revolución de Mayo:

El Bicentenario de nuestra Revolución de Mayo está vivo en la lucha de todos los sectores que hoy luchan por sus derechos, los estudiantes y docentes por más presupuesto para educación, los médicos y enfermeros por más presupuesto para salud, los obreros por un salario digno por encima de la canasta básica, los desocupados por trabajo digno. Todos juntos bajo las mismas banderas:

A 200 años de La Revolución de Mayo vamos por la segunda y definitiva independencia:

No al pago de la deuda externa!

Si a que los dineros del pueblo vuelvan al pueblo

Por la Independencia Nacional

Fuera el imperialismo

Por la soberanía en Malvinas

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